Tenía pan y
no le daba tenía miel y no le daba y tenía también una panza enorme que
alimentaba con celo. Y una risa oblicua y uniforme.
Estaba
vestido y desnudo.
El rey.
Con la
panza llena de finísima harina blanca.
Y un
aparato guardado en doble bolsillo
Como si yo quisiera
Saber algo
Que no dice.
Saber algo
Que no dice.
Pero con
todo
Tenía miel
y no me daba
Se guardaba
la sangre para el momento del día
De paz
De mayor
soledad.
Y en el
espejo se reflejaba infinito el esperpéntico deseo
Y la mueca
De la
palabra deseo.
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