miércoles, 26 de septiembre de 2012



Dejar de escribir estas palabras para que las leas.
Dormir con el diablo.
Y el túnel oscuro y horrible de los monstruos que meten mano por todos lados y me van a poner la traba. Puño traba porrazo.

Para pasar al otro lado donde seguro es de día
y cantan pájaros.

Pasá por el túnel pasá por el túnel
me digo.

Del otro lado seguro me esperan con torta.
Y sin darme cuenta me voy a dar cuenta
De que escribo otra cosa
Para que lea otro.
Y escuche los pájaros.

jueves, 20 de septiembre de 2012



Soñé que se rompían botellas, botellas de vidrio. Y se me clavaban todos los vidrios grandes y chicos en las piernas y en los pies y  me veo las piernas y los pies ensangrentados y de entre los dedos brotaba sangre y me sacaba los vidrios uno por uno y el dolor y el problema eran tan graves que llamaba a un médico que me decía que me los tenía que sacar todos y cuando pienso que por fin me los saqué todos queda uno y otro y otro. Y la cosa no se resolvía. Me desperté y miré entre las sábanas buscando los zapatos buscando sangre buscando la bombacha.

lunes, 17 de septiembre de 2012



Tenía pan y no le daba tenía miel y no le daba y tenía también una panza enorme que alimentaba con celo. Y una risa oblicua y uniforme.

Estaba vestido y desnudo.

El rey.

Con la panza llena de finísima harina blanca.
Y un aparato guardado en doble bolsillo
Como si yo quisiera 
Saber algo 
Que no dice.

Pero con todo

Tenía miel y no me daba
Se guardaba la sangre para el momento del día
De paz
De mayor soledad.
Y en el espejo se reflejaba infinito el esperpéntico deseo
Y la mueca
De la palabra deseo.

lunes, 10 de septiembre de 2012



Dormir cuando tenga sueño
Y comer cuando tenga hambre
No es tanto.

Hay hombres que cuelgan escaleras de los cables y así suben. 
De los cables altos. 
Hacia arriba.

Hay otros que van sacando las cosas a la calle y las prenden fuego mientras los vecinos miran.
Colchón cama patines y árbol.
Y abstenerse de opinar.

Y otros
Que se ponen mucho perfume de esos que con dos gotas alcanza
Y cuentan los dólares en la cara de la psicopedagoga
Para no pagar la clase del nene.


Me pide que le cuente lo que hablamos.
El decía que lo había visto. Que lo vio. En un espacio raro en el medio del parque. Nadaban las sirenas, personificadas en su madre, su abuela y su hermana. Y cada una tenía algo importante que decirle, y se lo decían.  Y después empezaban a levantar vuelo con unas alas anaranjadas que les crecían de los omoplatos y él se quedaba ahí, tirado en el  pasto, mientras desaparecían en un cielo dorado, lleno de golondrinas, pero de frente a él y levantando el dedo pulgar en señal de todo bien. Y puf. Él lo vio todo. Y se lo contó todo, tipo doce, por teléfono. Hay testigos, gente que dice que aparecieron  por el Tigre porque la madre parece que se crió en San Fernando y tiene una amiga muy querida por ahí que la vio mientras regaba las plantas con la nieta y una vecina. También hicieron lo del pulgar. Y me llama a mí. 4 de la mañana. Y yo que tipo 7 arriba por lo del comité. Y me cuenta. Porque viste que estoy en el barrio, para que vaya. Y sí. No. Claro. Y dijo que no, que ninguna droga pero que ya no veía nada. No. Nada. No. Dice que la planta no la tocó. No. Voces tampoco. Y sí. Pero pará.  Y con lo de las sirenas y que estaba preocupado con eso de que no veía y la madre y la hermana y yo salgo. Sí. Cuatro y media de la mañana. Son tres cuadras. Llego a la casa y paso directo por el fondo porque tienen casa chorizo y yo los conozco de toda la vida. Yo te conté que mi mamá y Marisa se juntaban a la tarde a sacarnos los pijos con el mate, ahí, en ese patio. Y encaro el pasillo y ya las veo a las tres, sentadas en la mesita del patio, cantando, con un montón de estrellitas de mar pegadas en el pelo y unas colas de sirenas verdes brillantes, hermosas. Sí. No. Pará.  Y entra a salir un agua del piso que las levanta y las lleva a sus habitaciones y me hacen lo del dedo pulgar como que está todo bien. Sí. Lo vi todo. La canción era hermosa. Algo decía. No. Todavía veo algo pero ya empieza a haber olor a pescado.


Otra vez sin bombacha
Pero con una remera que tapa la cola
Apenas.
Y viene un tipo y mete mano por adelante y por atrás.
Cómo si fuera gracioso.
Sopapo.
Tabaco y café
De desayuno
De almuerzo
Y seguramente también de cena.
Y una película mala
Con la que me identifico
Porque no pasa nada.