miércoles, 21 de septiembre de 2011


Una mujer sentada en una plaza
Se corta los dedos de a uno
Pero le vuelven a crecer, como el pelo. No se preocupa, lo hace con la mirada de alguien que se está arreglando la uñas, con quita esmalte, alicate y nada más. Se fija y son las 3.
Llega el hermano y le da un beso en la mejilla, se sienta en el banco, se miran. Él le pregunta que le parece lo que pasó con las elecciones. Y ella le dice que está bien, que hay cosas que le parecen interesantes y justifica con lo del yoga su conciencia y su humanidad y su viaje interior pero él sabe que en realidad lo que le gusta a ella es viajar en coche, tener plata e ir a los restoranes caros con sus amigos yogacaretas y que no es capaz de mirar con sinceridad la realidad, porque no le conviene. Y se lo dice todo. Y ella le dice que el mundo es así y el se calienta y le corta la lengua y le vuelve a crecer. Pero primero la escupe.

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