Sólo
pudimos tener un hijo deforme.
Un hijo
perro con un bonete de tres triángulos en la cabeza
de papel
blanco sangre negra
ojeras
y lengua afuera.
Tuvimos un
hijo raro y lo enmarcamos con dorado y tela.
La cara
triangular y los ojos de la angustia y la desesperación de la existencia
pero también
la música.
Hicimos un
hijo estático
Y lo
colgamos de la pared.
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