Un hijo pez.
Un hijo
muerto.
Esa voz está
despierta cuando duerme
desesperado
y convencido,
en la cima
de un poste
de luz.
Lamentable peso
onírico
predispuesto
a suplicarle que se calle la voz de la cabeza.
Los parlantes
en la boca el micrófono al oído
-Creo que me equivoqué
-Es tarde.
Y no es tan
simple como cortarle la lengua a un gato.
de la cama
los libros el patio la cocina y el cuerpo
de la tarde
extirpado.
Habla habla
escuha la voz en la cabeza sacala de la
cara llevale el líquido blanco y espeso a la miseria y las sobras de la mesa al
tacho y a la tierra.
El beso de
esa rata con sus enormes alas plumas negras de paloma.
Le saca la conciencia
Al callado
En la cima
Del poste eléctrico.
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