viernes, 21 de octubre de 2011


El lugar era una especie de carpa de circo. Una carpa grande con tráilers, mesas de trabajo con herramientas, luz de tubo por todos lados, un perro blanco mediano que iba y venía como por su casa. El hombre que nos había llamado tenía menos de cuarenta años, anteojos, pelo corto a los costados de la cabeza, en la parte superior se le había caído todo, estatura media alta y cara de traumado degenerado. Nos hizo pasar a los tres al carpón, Julián, Manu y yo. Ni bien entramos nos muestra un trailer más grande que el resto y dice que en ese entramos todos parados y que tuvo que hacer una movida extraña para poder meterlo en el carpón sin que nadie sospeche. Nos quedamos los cuatro parados en ronda y nos dice que nos da $300 por coger con él. Julián dice que sí sin  preguntarme ni pedirle más plata. No estoy de acuerdo pero respeto su decisión. Manu no dice nada. Entramos todos al trailer y el tipo cierra las dos puertas  de atrás. De repente estamos todos desnudos. Yo en cuatro patas con Julián metiéndomela por atrás y gritando sin sentir nada, mirando las cortinas de tul azul que cuelgan de las puertas cerradas del trailer. Se que Manu está por ahí pero no lo veo. El tipo nos mira de frente  y dice que le parece hermoso cuando un hombre sabe como hacer gozar a una mujer. La escena dura bastante poco porque el tipo sale del trailer sin decir ni mu. Ahí nos despegamos y yo les digo que seguramente se fue a masturbar al  baño, solo, porque yo no vi que haya intentado tocarnos  a ninguno de los tres. Manu se ríe y dice que a él lo apoyó un poco en la cola.
Nos vestimos y nos vamos sin la plata.

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